``SEMANA MUNDIAL DE LAS PERSONAS MAYORES´´
LUNES DÍA 1/10/2024
Estimulación cognitiva: los beneficios del bingo
Esta actividad ha demostrado su poder terapéutico al activar determinados procesos mentales y favorecer la socialización
El bingo es un juego muy popular entre los adultos mayores, que, además, favorece la estimulación cognitiva y la socialización.
Ambos ingredientes son muy importantes para retrasar el deterioro que provoca el alzhéimer. Varias investigaciones avalan estas afirmaciones.
Pero, sacar todo el jugo a esta actividad, es conveniente introducir algunos cambios, como aumentar el tamaño y el contraste de los cartones. En este artículo te facilitamos todos los detalles.
Cuando se comienza a trabajar como psicólogo o como terapeuta ocupacional en un centro residencial de mayores hay una regla de oro que no se debe romper: organizar una actividad colectiva a la misma hora en que se celebra el bingo.
Si lo haces, estás perdido porque nada puede competir con el juego estrella. Así que si te empeñas en seguir adelante, probablemente, te encontrarás solo. Nadie acudirá.
El bingo, la actividad favorita de muchos mayores
Pero ¿qué tiene el bingo que atrapa tanto a los mayores? Probablemente, uno de los factores sea la suerte. Se trata de una actividad en la que todo depende de algo que no puedes controlar. No es como otros juegos que exigen un esfuerzo mental para ganar.
Éste, en cambio, es muy sencillo. Un factor importante cuando las habilidades cognitivas comienzan a flaquear. Además, te proporciona una excusa para estar con otras personas, para reírte y comentar los últimos chascarrillos. Y, como guinda, puedes ganar un premio. Aunque sea modesto, eso le da emoción.
Los resultados de una encuesta, llevada a cabo en Estados Unidos, en el estudio Gambling as a social activity of older adults (El juego como actividad social de los adultos mayores), mostraron que el bingo es la actividad social de tipo presencial más frecuentada.
Los datos se obtuvieron tras preguntar, en 50 centros residenciales e instituciones, a los directores de este tipo de programas, sobre las actividades sociales disponibles.
Una vez que sabemos que el bingo es imbatible, sería interesante conocer qué efectos tiene en el adulto mayor.
¿El bingo favorece la estimulación cognitiva?
El bingo es una actividad que requiere activar múltiples procesos mentales, como la atención, la concentración y la memoria inmediata. También implica percepción visual y auditiva y necesita, además, realizar un movimiento preciso para colocar las piezas en la tarjeta del bingo.
Además, facilita una interacción social y es un medio para escapar del aislamiento.
En el estudio Bingo vs. physical intervention in stimulating short-term cognition in Alzheimer’s disease patients (Bingo versus una intervención física para estimular cognitivamente a corto plazo a los pacientes con alzhéimer) en el que se analizó el comportamiento de 50 personas con alzhéimer, cuya edad media era de 82 años, se concluyó que la actividad física no es útil para mejorar la actividad cognitiva de estos pacientes. Por otro lado, el estudio indicó que el bingo, como medio de estimulación cognitiva, es una intervención altamente terapéutica.
En otra investigación, denominada Bingo! Externally-Supported Performance Intervention for Deficient Visual Search in Normal Aging, Parkinson’s Disease and Alzheimer’s Disease (¡Bingo! Intervención en el rendimiento mediante un apoyo externo en la búsqueda visual deficiente en el envejecimiento normal, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer) se estudió la forma de hacer este juego más accesible.
Se sabe que la percepción visual se reduce con el envejecimiento normal y también en personas con trastornos neurodegenerativos, como el alzhéimer y la enfermedad de Parkinson.
Los investigadores eligieron el bingo para llevar a cabo la investigación porque en esta actividad los participantes necesitan encontrar los números en los cartones y porque es un juego muy popular entre esta población.
El estudio contó con 19 adultos más jóvenes; 14 personas con enfermedad de Alzhéimer; 13 adultos sanos emparejados con las personas con alzhéimer; 17 personas sin demencia y con enfermedad de Parkinson y 20 adultos sanos emparejados con personas con Parkinson.
Los responsables de la investigación observaron que los cartones que se utilizan en el bingo suelen tener un tamaño pequeño y, además, ofrecen un contraste visual deficiente. Los jugadores, además, buscan los números en varios cartones a la vez.
Se ha observado que cuando disminuye la sensibilidad al contraste de una persona, su capacidad para ver imágenes también se reduce. Es decir, se tiene dificultad para ver señales de tráfico, distinguir rostros de personas famosas y objetos cotidianos, como una lámpara o una taza de café. Una característica que se ha observado en los pacientes con alzhéimer.
Este déficit en la sensibilidad del contraste se analizó en otro estudio y, gracias a sus hallazgos, se logró que personas con una demencia grave y con alzhéimer comieran y bebieran más solo con reemplazar los platos y los vasos blancos por los de una vajilla de un color que contrastara.
Estos resultados mostraron el efecto que tiene en la vida de un paciente con alzhéimer en fase severa no poder distinguir con claridad los contrastes.
Cómo hacer más accesible el bingo para favorecer la estimulación cognitiva
En cuanto al estudio sobre el bingo, los datos señalaron la conveniencia de incluir algunos cambios en esta actividad:
- Si el tamaño de los cartones era más grande que el estándar aumentaba la velocidad con la que los participantes sanos y las personas con alzhéimer y con Parkinson encontraban el número correcto.
- Jugar con un menor número de cartones también mejoró el desempeño de todos los grupos.
- Las personas con alzhéimer mejoraron sus resultados cuando los cartones de bingo contaban con un mayor contraste. En cambio, en ese aspecto, los resultados en los pacientes con Parkinson no fueron mejores.
Al introducir estas modificaciones en el juego, se mejoró la accesibilidad de esta actividad.
Estos cambios pueden parecer triviales, pero su impacto en la vida de estas personas favoreció su involucración.
- Según los investigadores, la participación en actividades que estimulen cognitivamente y socialmente ayuda a mantener la función cognitiva.
- Se sabe que los síntomas de depresión e hipocondría se reducen cuando se combina la actividad física y la cognitiva.
- Se ha demostrado que participar en actividades sociales y de ocio ayuda a mantener la capacidad cognitiva a lo largo del tiempo, lo que posiblemente reduce el riesgo de sufrir demencia.
Los efectos de la estimulación cognitiva solo se logran si las personas participan en el bingo
En un estudio, realizado por Sobel en el 2001, se afirma que jugar al bingo durante 20 minutos aumentaba el rendimiento cognitivo, facilitando la denominación de imágenes y el reconocimiento de las palabras.
Sin embargo, estos beneficios no se adquieren si la persona no participa en la actividad.
Por eso, es importante fomentar que las personas con alzhéimer jueguen. Esto se confirmó tras entrevistar a 130 pacientes con alzhéimer en fase leve a moderada, el 65% aseguró que su participación en actividades de ocio había disminuido.
De ellos, el 44% afirmó que el motivo fue que ya no tenía el mismo interés, mientras que el 34% dijo que, al resultarles más difícil realizar esta actividad, decidieron no participar.
Estos datos nos muestran que hacer más accesibles las actividades de ocio, tanto visual como cognitivamente, mejora la participación y el rendimiento de los participantes. Unos cambios sencillos de aplicar que pueden tener un gran impacto en la vida de estas personas.
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