En vísperas de fiestas locales, vamos a dar una vueltecita al mercadillo medieval.
El primer puesto que nos encontramos es el de gominolas naturales...mmmm ...riquisimas.
y nos acercamos a ver las aves de cetreria
una gran variedad de rapaces dignas de admirar.
Como cada año, nos acompaña Amalia, la hija de Emilio.
Nos quedamos fascinados con los puestos de artesanía que éste mercado nos invita a conocer.
Y ésta simpática chica nos obsequia con una piedrecita de ambientador hecha con sus propias manos.
Antes de volver a casa, como siempre, tomamos un refrigerio.
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